La congestión y la hiperemia son dos procesos relacionados con el aumento del volumen de sangre en un órgano o tejido. Se pueden clasificar en pasiva (congestión) o activa (hiperemia activa). Algunos prefieren utilizar los términos congestión pasiva y hiperemia pasiva, mientras que otros prefieren hiperemia activa y pasiva. Ambos procesos pueden tener lugar en diferentes órganos como el hígado, riñones, bazo, entre otros. La congestión es un proceso pasivo que ocurre cuando hay una disminución en el flujo de salida de sangre de un tejido, mientras que la hiperemia activa se produce cuando hay un aumento en el flujo sanguíneo a un tejido. Ambos pueden tener causas diversas y se pueden distinguir macroscópicamente por el color de la sangre en los vasos sanguíneos.